ENTRE DOS AMORES
PSICOLOGÍA SOCIAL Y EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR
CONFRONTACIÓN
Cuando era niña, mi papá nos regaló a mi hermana mayor y a mí un pizarrón enorme, que significó horas y horas de juego, pero como era la menor siempre me tocaba ser la alumna y pocas veces la maestra, lo cual causaba en mi enojo, frustración y peleas constantes con mi hermana, pues yo también quería ser la maestra.
Cuando estaba en 4º semestre de la preparatoria, llevamos la materia de psicología, ahí nos explicaron las ramas de la psicología, se me hizo muy interesante esta división y me gusto la psicología social. Tuve una maestra excepcional y admirable, que hasta hoy quiero, respeto y considero uno de los pilares en mi formación.
También estando en preparatoria llevamos una clase de Orientación Vocacional, que realmente no recuerdo, pues muchas veces era suspendida, o se convertía en clase de religión, estudiaba entonces en un colegio de monjas.
Entre al bachillerato de humanidades, y me gustaron todas las materias, incluso mi promedio subió significativamente. Me sentía como pez en el agua. Entonces tenía dos opciones profesionales: “Derecho y Psicología”
Viendo las opciones que tenía, algunas compañeras y yo visitamos algunas universidades, en ese proceso, derecho quedó descartado, fui a la Universidad Autónoma de Querétaro, y realmente me vi siendo parte de esa escuela. Fue amor a primera vista.
Dentro de la facultad, había un área básica y cuatro áreas de especialidad: clínica, social, laboral y educativa, recordaba mi clase en la preparatoria y sabía que iba al área social.
En mi primer día de clase ya en el área, un maestro: Luis Arturo de la Garza Merediz, quien después se convertiría en mentor y un gran amigo, me preguntó en que me gustaría trabajar, mi respuesta inmediata fue: “con adolescentes”, es increíble como algunos años después este sueño se convirtiera en una realidad que dura hasta el día de hoy. Siendo todavía estudiante hice mi servicio social en un proyecto de intervención comunitaria, trabajando un “taller de comunicación democrática entre niños y adultos”, en una colonia marginal de la ciudad de Santiago de Querétaro, recuerdo esta experiencia como algo singular, pues, un día en que las autoridades de la escuela no se presentaron para abrirla, y solo había un salón abierto, niños, niñas, padres y madres de familia, nos brincamos por un agujero que había en la cerca para poder trabajar. No había luz, y la oscuridad permitió una sensación de plena libertad al momento de hablar de los pensamientos y sentimientos.
Después las prácticas en institución las hicimos en una telesecundaria, en la Comunidad de “Los Angeles”, en Villa Corregidora, un municipio de Querétaro.
Al salir de la escuela, me enfrenté a una crisis existencial terrible, pues no tenía trabajo y no quería depender absolutamente de nadie, un buen día un ex compañero de la universidad y amigo, fue a mi casa y me dijo que si quería trabajar, desde luego dije que si, y entre a trabajar como Promotora Infantil Comunitaria en el Mercado de Abastos de la ciudad de Santiago de Querétaro. Ahí, realizamos muchas actividades, tanto deportivas, culturales, recreativas y las más importantes eran las educativas, formamos un grupo de alfabetización primaria y secundaria, en el que estuve muy poco tiempo pues por otra afortunada coincidencia, mi hermana había entrado a trabajar al SABES y precisamente buscaban alguien para el Departamento Psicopedagógico en la Región. Seguí el proceso de selección, dos entrevistas y varios exámenes y me quedé.
Y desde el 14 de Marzo del 2000 sigo aquí. Parecería mucho tiempo haciendo lo mismo pero en realidad, aquí ningún día se parece a otro, cada día se convierte en toda una aventura.
He conocido todos los centros de la Región, en los Municipios de Ocampo, San Felipe, San Diego de la Unión, Dolores Hidalgo, y San Miguel de Allende.
En este tiempo mi compromiso con la educación se ha reflejado también en mis intereses en cuanto a formación profesional, fuera y dentro de la Institución. Estudié primero un Diplomado en Educación de la Sexualidad, y otro en trabajo con Adolescentes, una Maestría en Investigación Educativa, por parte del SABES un Diplomado en Conducción Integral del Aprendizaje, En Psicoterapia Breve con enfoque Eriksoniano y una Certificación en aprendizaje cooperativo.
Por todo lo anterior puede observarse lo mucho que significa para mí el trabajo, pues ha sido el eje de mi crecimiento personal, laboral y profesional, no ha significado en ningún momento estancamiento, sino al contrario, un constante compromiso de evolución personal. Muchas veces se piensa que hay personas que están en educación y sobre todo en educación media superior, porque, siendo profesionistas, no pudieron encontrar trabajo en sus profesiones, este, afortunada, muy afortunadamente no es mi caso, y creo que hay muchas personas que comparten este punto de vista. Mi trabajo es una enorme fuente de satisfacción, llena de símbolos en los que las y los estudiantes te manifiestan el valor que tienen por tu trabajo. En donde una mirada, una sonrisa, una actitud diferente, un recuerdo, es la mejor recompensa a todo el esfuerzo y el trabajo que hacemos.
Desde luego no todo es miel sobre hojuelas, también hay motivos de insatisfacción y de inconformidad, muchos. No son en el trabajo con los estudiantes, en eso todo va perfecto. Es la forma diferente de priorizar el trabajo, en donde muchas veces las formas son más importantes que los fondos, los dobles mensajes, que en el discurso y solamente en el discurso dicen valorar tu trabajo pero que en la realidad se siente no es así. En donde si comparamos el crecimiento institucional el Sistema ha crecido en más del 600% y el departamento solamente el 150% desde su fundación hace 10 años. Esa es la realidad. Otra la limitación de recursos tanto económicos como materiales y humanos. Esto desde luego causa enojo y frustración, pero como dijo mi abuelo: “Con estas mulas hay que…”. Se trata de hacer más con menos y hay que entrarle, solo esperemos no llegar a un momento en que tengamos que hacer todo con nada.
Pero en estas circunstancias, con, sin, a pesar de, incluso en contra de, seguimos en la lucha cotidiana, tratando de que cada día, en nuestro metro cuadrado, este contexto influya lo menos posible, pues al fin y al cabo, es el precio que hay que pagar por seguir haciendo, lo que más nos gusta en el mundo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario