El aprendizaje es un proceso en sí mismo complejo, para empezar catalogarlo como algo trivial es un tanto reduccionista, ya que éste no se da por generación espontánea, al contrario, se entremezclan diversos aspectos biológicos, psicológicos y sociales del individuo, una de las definiciones más comunes es la de un cambio relativamente permanente en la conducta, yo agregaría no sólo de la conducta, sino de las estructuras cognitivas.
Precisamente porque es un fenómeno complejo, se requieren objetivos muy específicos a la hora de evaluar, saber qué es lo que quiero que aprenda la persona, cómo, o de qué manera y en este sentido, diseñar o elegir adecuadamente , la metodología clara y confiable que pueda responder a las necesidades de la evaluación en curso. Es importante no solamente evaluar el resultado, es necesario evaluar el proceso completo, cada paso, retroalimentando sistemáticamente, dando oportunidad a que se asimilen y acomoden los contenidos y aprendizajes. Esto sin ser persecutorios. Es aquí donde entran en juego conceptos como mediador o facilitador, pero personalmente me gusta más, verme, en mi papel de docente, como un acompañante en el proceso de construcción de conocimiento. Con una responsabilidad específica, la retroalimentación en cuanto al trabajo, y la colaboración en los procesos de formación como personas. Señalando, devolviendo, analizando, experimentando, evolucionandomiércoles, 11 de noviembre de 2009
Concepciones de aprendizaje y enfoque por competencias
¿Qué concepciones de aprendizaje nos parecen congruentes con el enfoque por competencias y por qué?
En lo particular considero  congruentes con el enfoque de competencias, dos concepciones del aprendizaje, la primera está relacionada con el aprendizaje por descubrimiento de Bruner, donde se atribuye importancia a la actividad directa de los estudiantes sobre la realidad. Cuando desarrollamos competencias en nuestros alumnos un aspecto de vital importancia es que sepan transferir los conocimientos a la vida diaria, saber y saber ser, con este enfoque se experimenta el aprendizaje directamente, comprendiendo y descubriendo lo que es relevante, conforme va viviendo.
Otra concepción pertinente para el enfoque de competencias es el  Socio-constructivismo, basado en  las ideas de Vigotsky, donde el aprendizaje es un proceso personal de construcción de nuevos conocimientos a partir de los saberes previos, pero inseparable de la situación en la que se produce. El aprendizaje no es un proceso meramente individual, para que adquiera una concepción más completa se necesita socializarlo. Desde el enfoque de competencias el aprendizaje entre iguales tiene un valor especial en el sentido de que se va construyendo el conocimiento a partir de la aportación de diversas opiniones, debates, y sobre todo las percepciones de diferentes realidades en  un mismo contexto, no se parte de cero, hay una experiencia previa que da sentido y necesidad de que la crisis cognitiva esté presente y que los nuevos conocimientos  remplacen los anteriores.
| Socio-constructivismo. Basado en muchas de las ideas de Vigotski,   considera también los aprendizajes como un proceso personal de construcción   de nuevos conocimientos a partir de los saberes previos (actividad   instrumental), pero inseparable de la situación en la que se produce.   Enfatiza en los siguientes aspectos: | -Importancia de la interacción social. Aprender es una experiencia   social donde el contexto es muy importantes y el lenguaje juega un papel   básico como herramienta mediadora, no solo entre profesores y alumnos,    sino también entre estudiantes, que así aprenden a explicar, argumentar...   Aprender significa "aprender con otros", recoger también sus puntos   de vista. La socialización se va realizando con "otros" (iguales o   expertos). -Incidencia en la zona de desarrollo próximo, en la que la   interacción con los especialistas y con los iguales puede ofrecer un   "andamiaje" donde el aprendiz puede apoyarse. Actualmente el aprendizaje colaborativo y el aprendizaje situado, que   destaca que todo aprendizaje tiene lugar en un contexto en el que los   participantes negocian los significados, recogen estos planteamientos. El   aula debe ser un campo de interacción de ideas, representaciones y valores. La interpretación es personal, de manera que   no hay una realidad compartida de conocimientos. Por ello, los alumnos   individualmente obtienen diferentes interpretaciones de los mismos   materiales, cada uno construye (reconstruye) su conocimiento según sus esquemas, sus saberes y experiencias previas su contexto... | 
lunes, 12 de octubre de 2009
¿Cómo percibo mi docencia?
Mi historia en la docencia ha sido una historia de amor. Es resultado de el juego que existe entre mi vida personal, laboral y profesional, en una armonía casi perfecta.
Estando en la universidad, mientras me formaba como psicóloga social, un maestro, quien después se convertiría en un gran amigo y mentor, en mi primer clase de teoría de grupos, me preguntó en que me gustaría trabajar, mi respuesta inmediata fue: “con adolescentes” y aquí estoy, doce años después, trabajando con adolescentes.
Mi primer acercamiento a la docencia fue en mi servicio social, haciendo un “taller de comunicación democrática entre niños niñas y adultos” en la Primaria “Reforma Agraria” en una zona marginal en la ciudad de Santiago de Querétaro, después en mis prácticas profesionales en la telesecundaria “Los Angeles”.
Ya en el campo laboral, atendiendo a un grupo de menores trabajadores en la Central de Abastos de la ciudad de Santiago de Querétaro, en donde formamos un grupo de alfabetización primaria y secundaria del cual me hice cargo por muy poquito tiempo.
En la actualidad y desde hace nueve años formo parte del Departamento Psicopedagógico del Sistema Avanzado de Bachillerato y Educación Superior, SABES, en este tiempo, el trabajo ha venido evolucionando y mi práctica docente también, y de hecho ha estado sujeta a dictados institucionales, pues, en un primer momento no fuimos contratados como docentes, sino como psicólogos, asesores especialistas para coadyuvar en la educación integral de los adolescentes, trabajando con los y las estudiantes algunos talleres de prevención de conductas de riesgo en base a diagnósticos que nosotros mismos realizábamos. En ese tiempo cubría 17 centros Viba, en tres municipios del estado de Guanajuato. Con el tiempo, nos hicimos cargo de dar la materia de “Psicosalud”, esto por una triste situación, era una materia considerada como de relleno, y al considerarse así, simplemente no se impartía, al ser nosotros especialistas, pues, dejaron la tarea en manos del departamento. A partir de ahí, ha sido un oleaje, pues, periódicamente cambian nuestras instrucciones, que pueden ir desde dar las materias de Formación Humana, Orientación Vocacional y Plan de Vida, a dar solo una dos o tres de ellas o no dar ninguna.
En este momento, nuestras funciones dentro del departamento están divididas en varios programas, que en esencia son: la atención, a estudiantes y padres de familia y compañeras (os) asesores tanto a nivel individual como grupal.
Individual: cuando las y los estudiantes así lo requieren, atendiendo situaciones como orientación escolar, alteraciones en el estado de ánimo, relaciones interpersonales, relaciones familiares, violencia intrafamiliar, acoso o abuso sexual y otras cuestiones relacionadas con el inicio o ejercicio de la vida sexual, noviazgo, proyecto de vida.
A nivel grupal trabajamos:
Talleres complementarios a la materia de formación humana: autoestima, comunicación, asertividad, hábitos de estudio. (Se llaman talleres complementarios pues los estudiantes llevan una materia también llamada formación humana que está a cargo de un asesor educativo), (45 min x semana)
b)  Materia de Orientación Vocacional y Plan de Vida (de 45 a 90 min x semana)
c) t Talleres con padres y madres de familia (4 horas al semestre)
d) Círculos de aprendizaje con asesoras y asesores (2 horas al semestre)
e) Talleres con asesoras y asesores (8-12 horas al semestre)
Considero que para poder explicar cómo percibo mi docencia, tuve que describir todo lo que hacemos, cuáles son nuestras funciones y nuestras circunstancias. Es un universo de trabajo, que me gusta, en el cual he encontrado plena realización personal, profesional y laboral.
Creo que de verdad, la clave para el éxito de nuestro trabajo es hacer una buena planeación, seguimiento y evaluación de las actividades. A principio de semestre, antes de que comiencen las clases, nos reunimos el equipo de psicólogas de la región y hacemos un análisis de el único recurso con el que contamos: el tiempo, lo distribuimos de la manera más equitativa posible, para ver cuántas visitas son posibles a lo largo de el semestre. Después dividimos las sesiones por temas y comenzamos a planear cada una de las sesiones, siguiendo el método ELI (Enseñanza Libre de Improvisación), tomando en cuenta cada uno de sus momentos. Damos seguimiento aplicando cada una de las sesiones diseñadas, imprimiendo nuestro sello y características personales, algo que ayuda mucho es que cada semana, algunas psicólogas de la región, tenemos un espacio en donde hacemos retroalimentación de algunas situaciones en el trabajo, tanto individual como grupal, además de que esto ayuda muchísimo en la consolidación del equipo. La evaluación no es algo tradicional, pues tratamos de que sea integral, hacemos uso de la autoevaluación, la coevaluación de los alumnos, pero también de nuestro trabajo, y es muy interesante ver si, que lo planeado se cumple, pero lo mejor es que logramos conocimientos realmente significativos, y el reconocimiento al trabajo de quienes son nuestro principal juez, nuestros alumnos.
Alguna vez, construimos la noción de el metro cuadrado, ante el universo especial y complicado que es la educación, recordemos que tenemos un metro cuadrado, un aquí y un ahora, los 45 minutos que dura nuestra sesión o clase, y en ese metro cuadrado tenemos que hacer todo lo posible por trabajar con calidad para lograr los aprendizajes. Algo que tengo muy claro es que en la escuela se aprende más de lo que se enseña, y tal vez lo único que van a recordar en el futuro nuestros alumnos de nosotros es la pasión con la que nosotros hacemos nuestro trabajo. Y esa pasión, esperemos, sea contagiosa, para que ellos también descubran, que es lo que más les gusta hacer en el mundo.
Todo lo anterior se va construyendo en el día a día: primero que nada debes saber que en este trabajo ningún día se parece al anterior, por eso decido contarte por ejemplo, un jueves cualquiera, cuando visito el Centro Corral de Piedra en el Municipio de San Miguel de Allende.
Me levanto a las seis de la mañana pues tengo que salir de casa poco antes de las siete, viajar una hora exactamente para llegar a la escuela a las ocho de la mañana. Entro con el grupo de 2º A (45 min), corriendo cambio de salón y voy con 2º B (45 min), de ahí entro con 6º semestre (45 min) hay un receso de 30 minutos en donde aprovecho para tener alguna atención individual, en este trabajo o comes o escuchas o algunas veces haces las dos cosas, pasa el receso y regreso con 6º semestre, después tengo 45 minutos de atención individual, regreso a 4º semestre 45 minutos y luego otra atención individual 45 minutos, algunas veces un poco más, de regreso en el coche trato de que una de las compañeras asesoras se regrese conmigo para comentar algunos asuntos de la vida del centro y los muchachos, llego a mi casa aproximadamente a las 3: 15 de la tarde. Como estoy comprometida con mi crecimiento personal y profesional, tomo clases de inglés los Jueves de 4 de la tarde a 9 de la noche. Esa es mi vida.
Mi aventura de ser docente
ENTRE DOS AMORES
PSICOLOGÍA SOCIAL Y EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR
CONFRONTACIÓN
Cuando era niña, mi papá nos regaló a mi hermana mayor y a mí un pizarrón enorme, que significó horas y horas de juego, pero como era la menor siempre me tocaba ser la alumna y pocas veces la maestra, lo cual causaba en mi enojo, frustración y peleas constantes con mi hermana, pues yo también quería ser la maestra.
Cuando estaba en 4º semestre de la preparatoria, llevamos la materia de psicología, ahí nos explicaron las ramas de la psicología, se me hizo muy interesante esta división y me gusto la psicología social. Tuve una maestra excepcional y admirable, que hasta hoy quiero, respeto y considero uno de los pilares en mi formación.
También estando en preparatoria llevamos una clase de Orientación Vocacional, que realmente no recuerdo, pues muchas veces era suspendida, o se convertía en clase de religión, estudiaba entonces en un colegio de monjas.
Entre al bachillerato de humanidades, y me gustaron todas las materias, incluso mi promedio subió significativamente. Me sentía como pez en el agua. Entonces tenía dos opciones profesionales: “Derecho y Psicología”
Viendo las opciones que tenía, algunas compañeras y yo visitamos algunas universidades, en ese proceso, derecho quedó descartado, fui a la Universidad Autónoma de Querétaro, y realmente me vi siendo parte de esa escuela. Fue amor a primera vista.
Dentro de la facultad, había un área básica y cuatro áreas de especialidad: clínica, social, laboral y educativa, recordaba mi clase en la preparatoria y sabía que iba al área social.
En mi primer día de clase ya en el área, un maestro: Luis Arturo de la Garza Merediz, quien después se convertiría en mentor y un gran amigo, me preguntó en que me gustaría trabajar, mi respuesta inmediata fue: “con adolescentes”, es increíble como algunos años después este sueño se convirtiera en una realidad que dura hasta el día de hoy. Siendo todavía estudiante hice mi servicio social en un proyecto de intervención comunitaria, trabajando un “taller de comunicación democrática entre niños y adultos”, en una colonia marginal de la ciudad de Santiago de Querétaro, recuerdo esta experiencia como algo singular, pues, un día en que las autoridades de la escuela no se presentaron para abrirla, y solo había un salón abierto, niños, niñas, padres y madres de familia, nos brincamos por un agujero que había en la cerca para poder trabajar. No había luz, y la oscuridad permitió una sensación de plena libertad al momento de hablar de los pensamientos y sentimientos.
Después las prácticas en institución las hicimos en una telesecundaria, en la Comunidad de “Los Angeles”, en Villa Corregidora, un municipio de Querétaro.
Al salir de la escuela, me enfrenté a una crisis existencial terrible, pues no tenía trabajo y no quería depender absolutamente de nadie, un buen día un ex compañero de la universidad y amigo, fue a mi casa y me dijo que si quería trabajar, desde luego dije que si, y entre a trabajar como Promotora Infantil Comunitaria en el Mercado de Abastos de la ciudad de Santiago de Querétaro. Ahí, realizamos muchas actividades, tanto deportivas, culturales, recreativas y las más importantes eran las educativas, formamos un grupo de alfabetización primaria y secundaria, en el que estuve muy poco tiempo pues por otra afortunada coincidencia, mi hermana había entrado a trabajar al SABES y precisamente buscaban alguien para el Departamento Psicopedagógico en la Región. Seguí el proceso de selección, dos entrevistas y varios exámenes y me quedé.
Y desde el 14 de Marzo del 2000 sigo aquí. Parecería mucho tiempo haciendo lo mismo pero en realidad, aquí ningún día se parece a otro, cada día se convierte en toda una aventura.
He conocido todos los centros de la Región, en los Municipios de Ocampo, San Felipe, San Diego de la Unión, Dolores Hidalgo, y San Miguel de Allende.
En este tiempo mi compromiso con la educación se ha reflejado también en mis intereses en cuanto a formación profesional, fuera y dentro de la Institución. Estudié primero un Diplomado en Educación de la Sexualidad, y otro en trabajo con Adolescentes, una Maestría en Investigación Educativa, por parte del SABES un Diplomado en Conducción Integral del Aprendizaje, En Psicoterapia Breve con enfoque Eriksoniano y una Certificación en aprendizaje cooperativo.
Por todo lo anterior puede observarse lo mucho que significa para mí el trabajo, pues ha sido el eje de mi crecimiento personal, laboral y profesional, no ha significado en ningún momento estancamiento, sino al contrario, un constante compromiso de evolución personal. Muchas veces se piensa que hay personas que están en educación y sobre todo en educación media superior, porque, siendo profesionistas, no pudieron encontrar trabajo en sus profesiones, este, afortunada, muy afortunadamente no es mi caso, y creo que hay muchas personas que comparten este punto de vista. Mi trabajo es una enorme fuente de satisfacción, llena de símbolos en los que las y los estudiantes te manifiestan el valor que tienen por tu trabajo. En donde una mirada, una sonrisa, una actitud diferente, un recuerdo, es la mejor recompensa a todo el esfuerzo y el trabajo que hacemos.
Desde luego no todo es miel sobre hojuelas, también hay motivos de insatisfacción y de inconformidad, muchos. No son en el trabajo con los estudiantes, en eso todo va perfecto. Es la forma diferente de priorizar el trabajo, en donde muchas veces las formas son más importantes que los fondos, los dobles mensajes, que en el discurso y solamente en el discurso dicen valorar tu trabajo pero que en la realidad se siente no es así. En donde si comparamos el crecimiento institucional el Sistema ha crecido en más del 600% y el departamento solamente el 150% desde su fundación hace 10 años. Esa es la realidad. Otra la limitación de recursos tanto económicos como materiales y humanos. Esto desde luego causa enojo y frustración, pero como dijo mi abuelo: “Con estas mulas hay que…”. Se trata de hacer más con menos y hay que entrarle, solo esperemos no llegar a un momento en que tengamos que hacer todo con nada.
Pero en estas circunstancias, con, sin, a pesar de, incluso en contra de, seguimos en la lucha cotidiana, tratando de que cada día, en nuestro metro cuadrado, este contexto influya lo menos posible, pues al fin y al cabo, es el precio que hay que pagar por seguir haciendo, lo que más nos gusta en el mundo.
 
 
